Silvia Rodríguez, directora de Caperucita Rosa, una escuela infantil con muebles de madera, ubicada en Las Rozas (Madrid), nos abre las puertas de su centro para mostrarnos cómo un entorno bien diseñado puede transformar la forma en que los niños aprenden, exploran y se relacionan. A Silvia le gusta que a Caperucita Rosa se le conozca como una “escuela con cerebro y corazón”. Recientemente ha renovado por completo sus aulas con muebles de madera natural de Astigarraga Kit Line, adaptados a la altura, autonomía y curiosidad de los más pequeños. Un proyecto donde pedagogía y diseño caminan de la mano.

Renovar una escuela infantil con muebles de madera natural

-¿Qué les motivó a renovar el mobiliario de las aulas?

-Tenía claro que había cosas que mejorar, y una de ellas era el mobiliario. ¡Era alto, con puertas cerradas, y los percheros ni siquiera estaban a su altura! No tenía sentido en un espacio donde lo que buscamos es que los peques ganen autonomía y se muevan libremente. Con esta renovación hemos conseguido justo eso: que todo esté pensado para ellos, a su escala, accesible, y además hemos ganado en calidez y estética. Ahora el espacio acompaña de verdad nuestra manera de entender la educación.

-Dicen que los espacios invitan a explorar, aprender y crecer… ¿cómo se refleja eso en la vida cotidiana de los niños y niñas?

-Se nota en cada rincón y en cada momento. Los espacios están pensados para que los peques puedan moverse libremente, elegir qué quieren hacer, tocar, investigar… ¡y equivocarse también! Tienen materiales a su alcance, muebles que no les ponen barreras, y eso les da muchísima seguridad y autonomía. Al final, el espacio no es solo un fondo bonito, es una herramienta más que acompaña su desarrollo y les anima a ser curiosos, creativos y protagonistas de su propio aprendizaje. Es precioso ver cómo lo viven en el día a día. 

Aulas Montessori: espacios que fomentan la autonomía infantil

-¿Qué impacto han notado en el comportamiento, la autonomía o la curiosidad de los pequeños desde que adaptasteis el entorno?

-¡Un cambio enormel! Desde el primer día se notó. Al tener todo a su altura y al alcance, los niños y niñas empezaron a moverse con más seguridad, a tomar decisiones por sí mismos y a explorar sin miedo. Se sienten más dueños del espacio, y eso se traduce en más curiosidad, más iniciativa y también más calma. Ya no necesitan pedir ayuda constantemente para cosas que ahora pueden hacer solos, como colgar su chaqueta o coger un material. Y eso, además de fomentar su autonomía, les da una confianza increíble. 

Es importante que el entorno acompañe para poder implantar metodologías activas como puede ser Montessori o cualquier otra en la que el niño sea protagonista. Si el espacio no está adaptado, es muy difícil que estas metodologías funcionen de verdad. 

El poder de la madera natural en la educación infantil

-¿Sienten que este cambio ha sido solo estético o que refleja también una nueva manera de entender a la infancia?

-Para nada ha sido solo estético, aunque no vamos a negar que ahora la escuela está preciosa, y eso también importa. En metodologías como Montessori, por ejemplo, la belleza del espacio no es un capricho, es una necesidad: un entorno cuidado, armonioso y agradable invita a la calma, al respeto y a la concentración

Pero más allá de lo visual, este cambio refleja una forma de entender a la infancia mucho más consciente. Hemos creado espacios que respetan sus ritmos, sus necesidades y su forma de aprender, donde cada detalle está pensado para que se sientan seguros, libres y protagonistas. Así que sí, el cambio es profundo y va mucho más allá de lo bonito (aunque lo bonito también suma).

Muebles de madera natural: cómo el espacio educa

-Su manera de organizar los rincones parece muy pensada, ¿qué zonas habéis creado y qué tipo de muebles les dan forma? 

-Cada rincón está pensado con intención, porque sabemos que el espacio educa tanto como nosotros. Hemos creado zonas de juego simbólico, lectura, exploración sensorial, construcción… todo bien definido, pero a la vez fluido, para que los peques puedan moverse libremente según sus intereses y momentos del día. 

Para organizar estos espacios, nos apoyamos mucho en el mobiliario infantil de Astigarraga Kit Line. Sus estanterías abiertas y modulares nos encantan porque permiten que los niños vean y elijan los materiales por sí mismos, sin necesitar ayuda. Además, tienen una estética muy natural que encaja genial con nuestro ambiente cálido y acogedor. Gracias a estos muebles hemos podido diseñar un entorno bonito, funcional y totalmente a su escala. Todo lo que necesitamos para que el aprendizaje suceda de forma espontánea y libre.

Escuela infantil Caperucita Rosa: mobiliario infantil “a medida”

-Las estanterías cubo DINAMIC parecen tener un protagonismo especial…

-Son una pieza fundamental en nuestro “ambiente preparado”. Nos han ayudado a organizar el espacio de forma que todo esté al alcance de los peques, visible y ordenado, lo que fomenta muchísimo su autonomía. Además, su diseño modular y abierto permite adaptar los materiales a las diferentes actividades y necesidades del día a día, haciendo que el espacio sea flexible y dinámico. Con estas estanterías conseguimos un entorno limpio, accesible y acogedor, donde cada niño puede elegir qué quiere explorar, aprender y descubrir. Son una herramienta esencial para que nuestro proyecto pedagógico se haga realidad.

-En cuanto al mobiliario de uso diario, como nuestras sillas y mesas infantiles de la talla 1, ¿qué criterios valoraron a la hora de elegirlos?

-Lo teníamos muy claro: buscábamos sencillez, funcionalidad, materiales naturales y, por supuesto, resistencia (¡que ya sabemos cómo se mueven los peques!). Las sillas y mesas de la talla 1 de Astigarraga Kit Line nos parecieron perfectas porque están pensadas para ellos de verdad. Son cómodas, estables, fáciles de mover por los propios niños, y su diseño limpio encaja con nuestro estilo y nuestra filosofía. Además, al estar hechas en madera natural, aportan calidez al ambiente y conectan con ese enfoque más orgánico y respetuoso que buscamos en todo lo que forma parte de su día a día.

-Han incorporado percheros y bancos zapateros VERA, ¿cómo ayudan estos elementos en el día a día de los niños? ¿Qué papel juega el orden en vuestra pedagogía?

-Los percheros y bancos zapateros VERA son súper clave en nuestra rutina diaria. Al estar a la altura de los peques, les permiten ser más autónomos: pueden colgar su abrigo, guardar sus zapatos o sentarse a calzárselos sin ayuda. Eso les da mucha seguridad y les anima a cuidar sus cosas. 

El orden no es solo una cuestión estética, sino una parte fundamental de nuestra pedagogía. Enseñarles a mantener el espacio organizado les ayuda a desarrollar responsabilidad, concentración y respeto por sí mismos y por el entorno. Además, un espacio ordenado facilita que puedan elegir y encontrar lo que necesitan para aprender y jugar con libertad.

-Utilizan colgadores para exhibir los dibujos de los niños, ¿qué importancia le dais a que los pequeños vean y compartan sus creaciones o fotos?

-Sí, usamos colgadores para mostrar los dibujos y trabajos de los peques, y a veces también fotos que reflejan momentos especiales. Para nosotros es súper importante que los niños vean sus creaciones expuestas porque les da un sentido de orgullo y pertenencia. Compartir su trabajo con el resto de la comunidad educativa les motiva a expresarse, a explorar su creatividad y a sentirse valorados. 

Una escuela con cerebro y corazón: educación emocional en infantil

-Definen Caperucita Rosa como una escuela con cerebro y corazón… ¿cómo se traduce eso dentro del aula? 

-Para nosotros, “cerebro y corazón” es más que una frase bonita, es la esencia de lo que hacemos cada día. En el aula eso se traduce en crear un espacio donde el aprendizaje esté basado en la neurociencia. Es decir, que entendamos cómo funciona el cerebro de los peques para acompañar mejor su desarrollo— pero también en un ambiente cálido, seguro y lleno de cariño. 

Un espacio que piensa y siente a la vez es aquel que cuida cada detalle: desde el mobiliario adaptado y los rincones que invitan a la exploración, hasta las relaciones humanas, la escucha activa y el respeto. Aquí los niños no solo aprenden, sino que se sienten vistos, escuchados y acompañados. Es ese equilibrio lo que hace que Caperucita Rosa sea un lugar donde crecen la mente y el corazón, juntos.

-¿Qué le dirían a otra escuela infantil que se esté planteando repensar sus espacios?

-¡Que lo hagan sin dudarlo! Cambiar el espacio es mucho más que una cuestión estética, es transformar la manera en la que entendemos y acompañamos a la infancia. Un entorno bien pensado puede marcar una diferencia enorme en la autonomía, la curiosidad y el bienestar de los niños. 

Les animamos a que piensen en el mobiliario, la luz, los materiales y, sobre todo, en cómo esos elementos pueden apoyar las metodologías activas y respetuosas. Cuando el espacio es un aliado, la magia sucede y los peques se convierten en protagonistas reales de su aprendizaje. Es un proceso que vale la pena y que, sin duda, transforma la escuela y la experiencia de todos. 

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En Caperucita Rosa lo tienen claro: transformar el espacio es transformar la educación. Si eres profesional del sector educativo y sueñas con crear aulas más humanas, sostenibles y adaptadas a la infancia, es el momento que el mobiliario infantil ecológico de madera maciza certificada con el sello PEFC y la etiqueta ecológica europea Ecolabel. La ikastola Karmelo Etxegarai de Azpeitia (Gipuzkoa) o la sala de juegos Mussolets de Sant Cugat del Vallés (Barcelona) ya lo han hecho.

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